¿Pues qué les cuento? Que comer pozole fuera de México no es tan simple como yo quisiera. Me mudé al otro lado del charco hace ya más de 4 años, y no había comido pozole hasta hace dos años y de ahí, nada. Lo he intentado varias veces, pero por una u otra razón el pozole acá simplemente no queda como me gusta. Así que he pasado varios Días de la Independencia sin el sacrosanto pozole y les puedo decir que siento un vacío en mi chicharrón (vegano, por supuesto).

Unos meses después de que llegué a Italia, mi novio me dijo que un colega suyo le había comentado de un lugar en Milán donde vendían pura comida rara y yo, como amante de la comida rara, me emocioné y le dije que fuéramos a ese maravilloso lugar.

Era un supermercado de comida oriental, pero para mi suerte también tenían varios productos latinoamericanos, entre ellos el maíz seco. No lo dudé ni un segundo y agarré un paquete. Mi novio al verlo me dijo «pero esto no puede ser natural... ¿estás segura de que no es un transgénico? no es posible que un grano de maíz tenga ese tamañote».

El maíz seco que he encontrado en Italia

Me dio mucha risa porque para mí era lo más normal del mundo, pero aquí en Italia nomás conocen los diminutos granos del maíz dulce. Otra señora que estaba cerca también se rio, probablemente pensaba al igual que yo «de lo que se pierden estos europeos».

El maíz llegó a nuestra despensa, y ahí estuvo oculto varios meses (ya que no podía imaginarme preparar un pozole sin mi adorado chicharrón vegano) hasta que vino mi mamá a visitarnos de México, con unos 40 kilos de chucherías que le había encargado, desde mazapanes hasta garbanzos enchilados, pulparindos, chiles y, por supuesto, el chicharrón.

Obviamente, con mi mamá acá, no me la iba a pasar encerrada. Anduvimos de pata de perro por Bérgamo, Milán, Florencia, Roma, Venecia, Verona y por supuesto, Colonia, en Alemania. Así pues, el maíz permaneció solito y olvidado durante un buen tiempo.

Con mi mamá en el Coliseo

Cuando por fin decidí prepararlo, tuve que enfrentarme a otro dilema: ¿cómo chinga'os lo voy a nixtamalizar? Me la pasé viendo videos en YouTube de cómo prepararlo, y recurrí a las únicas personas que seguramente sabían dónde comprar la cal: mi novio y su mamá.

«¡¡Pero te vas a morir!!» fue lo primero que me dijeron. «¿Cómo que le echas cal a la comida? Si esa cal se usa para los cadáveres y para desinfectar, es peligroso, tienes que estar en un lugar muy ventilado, te asfixiarás con los gases de la reacción química...» y así un buen rato. De cualquier manera yo estaba decidida, si había visto en YouTube que una doñita agarraba la cal con las manos y sin pena mezclaba todo, ¿por qué yo no?

Para calmar un poco los ánimos, les pregunté si los haría sentir mejor si abría las ventanas mientras cocinaba y realizaba todas las peligrosas mezclas cerca de la ventana abierta. Respondieron que sí, aunque algo me hizo pensar que dudarían un poco de probar este glorioso platillo mexicano.

Y así, mi novio resignado me ayudó a buscar la tóxica cal. Nuestra primera parada fue un lugar de jardinería, pero no la vendían pura y nos recomendaron ir a un lugar de construcción que se encontraba frente a un cementerio (¿muy apropiado, no?).

Mexicana y no sabe nixtamalizar
No sabía lo bien que me iba hasta que me mudé a Europa y no encontré tortillas

Llegamos al lugar, y el señor muy servicial nos dijo que si le decíamos para qué la queríamos, el podría decirnos si necesitábamos la cal viva o muerta. Ahí yo dejé que mi novio diera todo el speech, porque obvio entre italianos se entienden mejor. Más o menos esta fue la conversación:

Novio: Bueno, le va a parecer un tanto absurdo...

Sr. : Nah, si aquí en la construcción no hay nada absurdo, créame que hemos oído de todo, con confianza...

Novio: Ehmm, pues es para un platillo mexicano, necesitamos la cal para hervirla con el maíz...

Sr. : Ma noooo, ¿cómo hacen eso? Si usar la cal es muy peligroso... no pueden usarla para cocinar, ¡se van a morir!

Gif God please no

Novio: Por eso decíamos que era algo extraño, pero no se preocupe, ya lo hemos investigado y no va a pasar nada.

Sr. : Bueno, no digan que no les advertí. Les puedo mostrar la cal que tengo, creo que es la que necesitan.

*Nos lleva a lo más recóndito del establecimiento y nos muestra una pila de sacos gigantescos*

Sr. : Esta es la cal muerta, pero me parece que un saco de 25 kg es demasiado para la cantidad que necesitan y no tengo bolsas más pequeñas. Con mucho gusto abriría una y les daría un puñado... ¡pero no quiero que el jefe luego me obligue a comerme el resto del saco!

*nosotros un poco desilusionados porque, en efecto, era demasiada cal*

Novio (riéndose) : Sí, claro... lo entendemos, a nosotros tampoco nos gustaría que eso pasara. Tendremos que buscar una presentación más pequeña... quizá en Internet...

Y así, le agradecimos y nos deseó suerte en nuestra aventura...

Llegando a casa, decidí buscar en Amazon y en eBay para ver si en alguno de los dos vendían cantidades más razonables ¡y encontré un kilo de cal en eBay! Estaba superfeliz, al fin mis sueños pozoleros se harían realidad.

Ordené la cal inmediatamente y después publiqué en algunos grupos de Facebook de Mexicanos en Italia para obtener más tips y asegurarme de que todos saliéramos vivos del experimento.

Me armé de valor y, una vez que llegó la cal, me puse a remojar el maíz durante una noche para preparar el pozole.

Remojando maíz mote de Perú

Al día siguiente lo preparé según las instrucciones de YouTube, pero al parecer no sirve este maíz (o yo no lo supe preparar jaja), porque no se peló ni se veía para nada como en los videos.

El maíz después de hervir mil años con la cal

Pero pues ya había hecho el esfuerzo y la verdad es que aunque no lo pareciera sí olía a pozole, así que seguí con todos los pasos como si hubiera quedado bien chido.

Aquí pueden ver como el maíz no se peló bien, pero como no tiene la cáscara dura como el maíz normal para pozole sí se podía comer.

Ya que terminé de prepararlo puedo decir que quedó dos tres. Gracias al chicharrón vegano y a todo lo que le eché no noté mucho la diferencia, solo que la textura del maíz no estaba tan suave. ¡Pero al menos sobrevivimos! ????

Pozole con chicharrón vegano
Pozole con chicharrón vegano

Al día siguiente lo preparé de nuevo con más cosas. Le puse tanto de todo que apenas y se puede ver el pozole en el fondo (parece más un bowl o algo así jaja pero les juro que sí había maíz ahí abajo).

Lo bueno es que, como en México ya había hecho el pozole mil veces, de todas maneras les puedo compartir la receta y seguramente a ustedes sí les va a quedar bien porque pueden comprar el maíz ya preparado (¡presúmanme sus fotos aunque se me antoje jeje!).

Digo, sería muy mala onda hacer que lean todo este rollo y no ponerles una receta al final ¿no? ????

Por cierto, si alguien le sabe y puede decirme dónde la regué, ¡por favor, ilumínenme! Aún es septiembre y todavía cuenta aunque no sea el mero día.

Ahora sí, ahí les va la receta con una foto decente (de cuando lo preparaba en México).

Pozole de champiñones con chicharrón

Pozole blanco con champiñones

Porciones: 16
Tiempo de preparación: 30 minutos
Tiempo de cocción: 3 horas
Tiempo total: 3 horas 30 minutos

Un pozole de champiñones delicioso para celebrar el Día de la Independencia de México (o cualquier otro día). Disfrútalo acompañado de tostadas, chicharrón vegano, aguacate, rabanitos, cebolla, chile y (mi preferencia personal) col morada y cilantro. ¡Yum!

Ingredientes

  • 2 kilos de maíz precocido (ya sea en bolsa o lata)
  • 6 litros de agua
  • 8 dientes de ajo picados
  • 2 cebollas picadas
  • 1.2 kg de champiñones (puedes hacer mitad y mitad con setas)
  • Orégano y sal al gusto
  • Sazonador vegetal (opcional)
  • 500 gr de rábanos rebanados
  • 3 tazas de lechuga cortada en tiras
  • 2-3 paquetes de tostadas
  • 1 taza de col morada cortada en tiras
  • 1 taza de cilantro picado
  • 1/2 taza de chile verde (serrano o jalapeño) picado
  • 6 aguacates partidos por la mitad y rebanados
  • 4 paquetes de chicharrón vegano Anita's
  • 8 limones

Instrucciones

  1. Cocer el maíz con los dientes de ajo durante hora y media.
  2. Agregar los champiñones/setas, la mitad de la cebolla, el orégano, el sazonador y la sal. Cocer durante otra hora y media.
  3. Poner los rábanos, la lechuga, las tostadas, la col morada, el cilantro, el chile, los aguacates, el chicharrón y los limones en recipientes y colocarlos en el centro de la mesa.
  4. Servir el pozole y añadir los demás ingredientes al gusto. ¡Buen provecho!

Espero que les guste la receta tanto como a mí. Lo que haré ahora es comprar mucho más maíz y seguir haciendo experimentos hasta que me quede bien. ¡Ya les contaré cómo avanzan mis aventuras pozoleras! ????

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